A sus 23 años de edad, Gisela Morales, de nacionalidad guatemalteca, se destaca como una campeona nadadora en diversas disciplinas a nivel nacional e internacional. Para ella, la fórmula para triunfar en la vida es desafiarse a sí misma y trabajar arduamente en lo que se propone, superando cualquier obstáculo que se presente en su camino.
Desde temprana edad, esta brillante joven se inició en el deporte de la natación a los 4 años. Demostró talento desde el principio y, con el paso de los años, su capacidad se hizo aún más evidente. En el año 2001, en los Juegos Centroamericanos celebrados en Guatemala, Gisela impresionó al ganar 4 medallas de oro, 4 de plata y 1 de bronce. Fue reconocida como la mejor nadadora de los Juegos Centroamericanos de la Paz, marcando así su primera gran victoria y dándose a conocer ante toda la comunidad guatemalteca.
Además de ser una excelente nadadora, Gisela está por concluir sus estudios de Licenciatura en Informática y Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras en el Instituto de Educación Abierta (IDEA) de la Universidad Galileo.
En la siguiente entrevista, conoceremos más acerca de su vida y experiencias.
En mi caso, mi trayectoria fue bastante diferente. Después de terminar la escuela secundaria, tuve la oportunidad de obtener una beca en Estados Unidos, donde cursé tres años de estudios. Sin embargo, decidí renunciar a este privilegio y regresar a Guatemala para someterme a un riguroso proceso de entrenamiento que me prepararía para participar en los Juegos Olímpicos de Beijing, China.
Fue una experiencia única y enriquecedora. Aunque en la escuela uno no siempre tiene la madurez suficiente para saber qué camino seguir, la universidad representa más que un lugar de formación académica; es donde uno madura y descubre qué quiere realmente en la vida.
Una de las razones principales por las que elegí estudiar en la Universidad Galileo fue su flexibilidad de horarios, lo cual era fundamental para mí después de regresar de Estados Unidos, donde había estado en una universidad grande y muy centrada en el deporte. Allí, los deportistas teníamos horarios especiales que se adaptaban a nuestras necesidades. Sin embargo, al regresar a Guatemala, me di cuenta de que esta cultura deportiva no estaba tan arraigada, y encontrar una universidad con horarios flexibles se convirtió en un desafío.
Aunque varias universidades me ofrecieron la oportunidad de validar algunas materias que ya había cursado en Estados Unidos, ninguno de sus horarios se ajustaba a mi agenda de entrenamiento. Como deportista, entreno dos veces al día durante toda la semana, y necesitaba una institución que entendiera y apoyara mis compromisos deportivos.
Por esa razón, me decidí por la Universidad Galileo. Su flexibilidad de horarios y el apoyo que recibí, especialmente por parte del Rector, el Doctor Eduardo Suger, quien siempre ha respaldado el desarrollo de los atletas guatemaltecos, fueron determinantes para mí. Desde el primer momento me sentí cómoda y acogida, y por eso ahora considero a la Universidad Galileo como mi hogar académico.
Para mí, tener pasión por lo que hago es fundamental, especialmente en un deporte tan exigente como la natación, que requiere una disciplina y sacrificio constantes. Esto va de la mano con la responsabilidad, puntualidad y organización, además del talento que se necesita. Sin todos estos ingredientes adicionales, sería difícil progresar, y como en cualquier aspecto de la vida, se requiere voluntad para lograr los objetivos.
El deporte inculca virtudes y valores que, de otra manera, tomarían más tiempo aprender. Desde pequeña, he sido una persona organizada y disciplinada debido a la naturaleza rutinaria de mi entrenamiento diario en la natación. Este estilo de vida estructurado, con horarios y comidas regulares, me ha beneficiado enormemente.
Por ejemplo, el programa de tutorías de IDEA en la Universidad Galileo es un excelente ejemplo. No es una clase dirigida al cien por ciento, por lo que uno debe disciplinarse para estudiar de manera autónoma. Esta experiencia ha fortalecido aún más mi capacidad para mantenerme enfocada y comprometida con mis metas académicas.
Creo que mi reconocimiento público se debe principalmente a mi exposición mediática. Sin embargo, no me considero diferente ni superior a nadie. Mi éxito se debe a la disciplina, al trabajo arduo y a la determinación que he aplicado en mi vida. No espero que las oportunidades lleguen por sí solas, sino que luché por ellas incansablemente.
Estoy convencido de que muchas personas podrían destacarse en diferentes disciplinas si decidieran dedicar su tiempo a actividades productivas en lugar de simplemente pasar el tiempo viendo televisión. Considero que la clave del éxito radica en la disciplina y la dedicación.
Me considero una persona humilde y con los pies en la tierra. Reconozco que mi posición actual es el resultado del apoyo y trabajo en equipo de muchas personas que han estado detrás de mí, incluidos mis tutores y las autoridades de la Universidad Galileo.
El mensaje no solo va dirigido a los jóvenes, sino a todas las personas en general que, por diversas razones, abandonaron sus estudios y se enfocaron únicamente en el trabajo, creyendo que podían tener éxito sin un título universitario. Aunque algunos sostienen que un título no es fundamental, yo afirmo que sí lo es, ya que representa el compromiso de completar lo que se empieza y alcanzar metas establecidas.
La finalización de una carrera universitaria implica ser una persona comprometida y cumplir con los objetivos establecidos. Por eso, insto a los jóvenes a ser persistentes en la búsqueda de sus metas, a luchar por lo que se han propuesto desde el principio, sin importar lo difícil que pueda parecer. Tal vez el camino tome cinco años o más; en mi caso, ha llevado ese tiempo debido a otras prioridades, pero eso no significa que deba abandonar la universidad. Por el contrario, veo esta meta como parte de otro sueño que tengo, y para mí, todo es posible con dedicación y esfuerzo.
En el ámbito deportivo, tengo planeado participar en los Juegos Panamericanos que se llevarán a cabo en octubre de 2011. Mi objetivo es ofrecer mis mejores marcas y estar entre las cinco mejores nadadoras de todo el continente. Además, en las Olimpiadas de 2012, aspiro a posicionarme entre las ocho mejores a nivel mundial. Después de los Juegos Olímpicos, tomaré la decisión de continuar compitiendo al mismo nivel o explorar nuevas metas, pero por ahora, mi meta es seguir en esta categoría durante dos años más.
En cuanto a mis estudios, espero graduarme muy pronto. Mi siguiente paso será establecer mi propia empresa. Así concluye mi visión y metas como nadadora exitosa.
